Ya no se escuchan las hormigoneras al salir cada mañana de casa, ni los martillos rompiendo muros, ya no veo una obra cada 10 casas, ni a Sebastián con la pala haciendo carreras, ahora muchos palautres, reglas y cubos descansan en cocheras y almacenes, ahora es tiempo de ver a muchos trabajadores de la construcción sin saber cuando va a cambiar la cosa, y lo veo difícil, ahora traen y llevan a sus hijos al colegio, recorren con sus bicis kilómetros, ayudan en casas y negocios.
Pero esto es una cadena, yo que llevo 7 años llevando y recogiendo a mis hijos al colegio nunca había visto tantos padres, y me refiero a hombre, aparecer por la plaza a las 2 de la tarde, y digo que es una cadena porque no solo afecta a la construcción, afecta a camioneros, afecta a los bares y a todo aquel negocio que nota que ya no se gasta con la alegría de hace un año.
Ahora es difícil hasta encontrar stock en los distribuidores, línea de crédito en los bancos y financiaciones para poder acceder a un coche o un piso, no comprarte un televisor o cambiar de colchón, sino poder tener una casa, si antes estaba difícil imagínate ahora, casi es mejor irte a los bancos a comprarles a ellos las casas que han embargado, hasta un 40% de descuento algunas; y es que ellos será las mejores inmobiliarias del futuro, ellos no tienen problema de dinero, ya el gobierno les ha dado un buen taco.
Nuevamente, según cuentan los que ya han vivido esto otra vez, la economía se va a volver a agarrar a la agricultura en nuestro pueblo, y no es la primera vez dicen otros, ¿y que haremos cuando pase la campaña de la fresa?, pues esperemos que esto vaya cambiando poco a poco, pues no pienso que hayamos bajado tanto y tan rápido para volver a subir corriendo.
Yo no soy alarmista, solo leo algún que otro periódico de economía.
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